Cómo superar el temor a volar: trucos que nunca fallan
Hay personas que tienen miedo a viajar en avión por primera vez y posponen la ocasión, aunque luego lo disfrutan. Otras, por el contrario, nunca consiguen superar el miedo a volar. Es más, experimentan un pánico tal que condiciona sus vacaciones y viajes de negocios, ya que se ven incapaces de subirse a un avión. Para todos ellos tenemos algunos consejos que les pueden ayudar a perder el miedo a volar o, al menos, a afrontar los viajes en avión como un mero contratiempo, menos molesto incluso que las huelgas y los problemas con el equipaje.
Empezaremos por echar un vistazo a las causas que provocan el miedo a volar en aviones. Después, pasaremos a ver trucos y consejos que funcionan de verdad como modo de quitar el miedo a volar. Finalmente, le dedicaremos una sección a las mejores pastillas para volar sin miedo.
Por qué tenemos terror a volar
Para empezar, queremos que sepas que esto no es más que una fobia, como quien tiene miedo a ciertos animales, objetos o situaciones. Se trata de un temor irracional, que no se sustenta en argumentos lógicos.
La aerofobia se relaciona a menudo con el miedo a sufrir un accidente, pero, de hecho, el avión es el medio de transporte más seguro. Después de todo, ninguna otra forma de transporte dedica tantos recursos a la seguridad. Las aerolíneas comerciales, además, tienen muchísimos menos accidentes que las pequeñas aeronaves privadas.
No obstante, los operadores aéreos son plenamente conscientes de la ansiedad que provoca la fobia a volar, especialmente cuando la aerofobia se une a la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) o la acrofobia (miedo a las alturas). Por eso organizan cursos gratuitos para los viajeros que necesitan quitar el miedo a volar. Y no son pocos: se calcula que un tercio de los pasajeros aéreos experimenta ansiedad ante la perspectiva de tomar un vuelo.
En estos cursos se ofrecen diversas estrategias para ayudar a los participantes a superar el miedo a volar. A continuación, se detallan algunos de los aspectos más destacados:
Comprensión del funcionamiento de los aviones: Se explica en detalle cómo funcionan los aviones, incluyendo los principios de la aerodinámica y la ingeniería detrás de su construcción. Los participantes aprenden sobre las estrictas medidas de seguridad que se implementan y cómo los aviones están diseñados para soportar condiciones extremas.
Familiarización con el entorno del avión: Los asistentes tienen la oportunidad de pasar tiempo dentro de un avión estacionado, lo que les permite familiarizarse con el espacio y reducir la ansiedad relacionada con el entorno desconocido. Esta experiencia puede incluir sentarse en los asientos, explorar la cabina y hablar con la tripulación.
Terapia psicológica por exposición: Se proporciona terapia de exposición utilizando simuladores avanzados. Estos simuladores pueden reproducir fielmente los sonidos y movimientos que se experimentan durante un vuelo, como el ruido del motor, el despegue, el aterrizaje y las turbulencias. Esta exposición controlada ayuda a los participantes a desensibilizarse y a manejar mejor su ansiedad en situaciones reales.
Sesiones informativas y educativas: Además de las explicaciones técnicas, se ofrecen sesiones informativas sobre la psicología del miedo a volar y técnicas para gestionarlo. Los participantes aprenden sobre los mecanismos de ansiedad y estrategias prácticas para mantener la calma durante el vuelo.
Apoyo psicológico continuo: Los cursos suelen incluir el apoyo de profesionales de la salud mental, como psicólogos especializados en fobias y trastornos de ansiedad. Estos expertos pueden ofrecer asesoramiento individualizado y técnicas de relajación específicas para cada participante.
Razones para no tener miedo a volar
Como puedes observar, las aerolíneas invierten considerablemente en ofrecer opciones para ayudar a los pasajeros a superar su miedo a volar. Para brindarte mayor tranquilidad, aquí tienes algunas razones por las cuales no debes temer volar:
Seguridad de la aviación: La aviación comercial es una de las formas de transporte más seguras. Las estadísticas muestran que las probabilidades de estar involucrado en un accidente de avión son extremadamente bajas comparadas con otros medios de transporte.
Mantenimiento riguroso: Los aviones se someten a estrictos controles y mantenimientos regulares. Cada componente de un avión es revisado y mantenido de acuerdo con rigurosos estándares internacionales.
Entrenamiento de la tripulación: Los pilotos y la tripulación de cabina reciben una formación intensiva y continua. Los pilotos pasan por simulaciones y pruebas que cubren una amplia gama de situaciones de emergencia, garantizando que están preparados para manejar cualquier eventualidad.
Tecnología avanzada: Los aviones modernos están equipados con tecnología de punta que contribuye a la seguridad del vuelo. Desde sistemas de navegación avanzados hasta controles automatizados, la tecnología ayuda a evitar errores humanos y a mejorar la precisión del vuelo.
Medidas de seguridad en los aeropuertos: Los aeropuertos tienen medidas de seguridad estrictas para garantizar que solo las personas y los objetos seguros aborden los aviones. Esto incluye controles de seguridad, revisiones de equipaje y vigilancia constante.
Diseño de los aviones: Los aviones están diseñados para soportar condiciones extremas y múltiples fallos. Pueden volar con seguridad incluso si uno de sus motores falla, y están construidos para manejar turbulencias severas.
Procedimientos de emergencia: Aunque es muy poco probable que ocurra una emergencia, todos los aviones están equipados con sistemas y procedimientos de emergencia. La tripulación está entrenada para manejar estas situaciones y guiar a los pasajeros de manera segura.
Redundancia en los sistemas: Los aviones tienen sistemas redundantes, lo que significa que si un sistema falla, hay otro listo para tomar su lugar. Esto incluye sistemas de navegación, control y comunicaciones.
Control aéreo: Los controladores aéreos monitorean todos los vuelos en tiempo real, asegurando que los aviones mantengan una distancia segura entre sí y sigan las rutas designadas de manera segura y eficiente.
Estadísticas y estudios: Numerosos estudios y estadísticas demuestran consistentemente que volar es mucho más seguro que conducir. Las probabilidades de estar involucrado en un accidente de avión son significativamente menores en comparación con los accidentes automovilísticos.
Al entender estos aspectos, es posible reducir la ansiedad relacionada con volar y tener una experiencia más relajada y placentera durante el viaje.
Trucos que funcionan para vencer la aerofobia
Aparte de asistir a un curso, también se puede ir perdiendo el miedo a volar a través de una serie de hábitos, que, además, están al alcance de todo el mundo. Por ejemplo:
Saber lo que te espera: Muy al contrario de lo que se podría pensar, no hay que evitar pensar en el día del vuelo. Es más, estar preparado para lo que viene es el mejor antídoto contra el miedo. Una cosa que podemos hacer es pasar revista mental a las situaciones que nos vamos a encontrar. Otra es pedir a amigos o compañeros que vuelen habitualmente que nos cuenten anécdotas vividas.
Entender que volar es seguro: Si lo necesitas, busca información fiable sobre cómo funciona un avión y las medidas de seguridad que se aplican para prevenir incidentes.
Planificar el viaje: Cuando reserves tu vuelo, fíjate bien. Además de precios y horarios, las aerolíneas ofrecen muchos detalles sobre los modelos de aeronaves que emplean en los distintos trayectos, la distribución de los asientos, las escalas, etc. Si te hace sentir más seguro, opta por un vuelo directo, en un avión de mayor tamaño o en una ruta nocturna.
Escoger el asiento: Sentarse en un sitio u otro no es baladí. Si te preocupan las turbulencias, debes saber que la cola es la zona del avión donde más se perciben las vibraciones, mientras que el espacio entre las alas es el más estable. Si te agobian los espacios cerrados, seguramente preferirás sentarte en el lado del pasillo y cerca de las salidas de emergencia, ya que tendrás la sensación de que puedes moverte con más libertad si sucede algo. Por último, si tienes miedo a las alturas, evita sentarte junto a la ventanilla: sin el paisaje de fuera, viajar en avión no es tan distinto de ir en tren o en autobús.
Pensar en lo que te espera al llegar: Alguien que siente fobia a volar debe de tener un buen motivo para elegir este medio de transporte. Seguro que reunirte con tu familia, pasar unos días en la playa o cerrar un negocio importante para tu empresa son cosas que te compensan de todos los sinsabores. Tratar de visualizar lo que te vas a encontrar y centrarte en lo positivo del viaje es casi tan importante como perder el miedo a volar.
Leer, jugar, escuchar música: Distraerte, en suma. ¿Por qué no aprovechar el vuelo para ponerte al día con tu serie favorita, terminar el libro que tienes entre manos o darle una oportunidad al último juego que te has descargado en el móvil? Para cuando te quieras dar cuenta, volverás a tener los pies en la tierra.
Charlar: Puede que tus vecinos de asiento estén tan asustados como tú y deseen entablar conversación con alguien para distraerse de sus preocupaciones, aunque lo más probable es que simplemente estén aburridos y encantados de hablar sobre cualquier cosa para matar el tiempo. Con un poco de suerte, podrás olvidarte de tu aerofobia durante un rato y, además, conocer gente interesante.
¿Y si el que tiene fobia a los aviones es tu compañero de viaje?
Cuando viajamos en familia, con amigos o con compañeros de trabajo que padecen fobia a volar, se pueden dar algunas situaciones difíciles de manejar. Mantener la calma, apoyar a la persona que está sufriendo y distraerla para que no se centre en lo que le produce miedo son consejos que hay que tener en cuenta.
Tranquilidad. No hay que contribuir al nerviosismo. Las fobias pueden tener picos de intensidad cuando la persona temerosa visualiza situaciones que no puede controlar. A veces basta con cederle el asiento del pasillo, donde percibirá que tiene un mayor control del espacio, o bajar la cortinilla para que no vea las nubes acercándose o los paisajes haciéndose cada vez más diminutos en la distancia.
Protección. Cuando alguien siente miedo, aprecia enormemente que se le brinde apoyo y protección. Necesita esa seguridad. Suele ser una buena idea el compartir la propia ansiedad, explicar que es algo de lo más normal e insistir en que el entorno es totalmente seguro.
Entretenimiento. Mantener la mente distraída ayuda a controlar la ansiedad. Iniciar una conversación sobre algo que le apasione suele funcionar bien. También se puede recurrir al entretenimiento de a bordo: ver una película juntos, escuchar música, comentar la prensa o jugar en red ayudan a que el tiempo pase más rápido y a olvidar las preocupaciones.
¿Y si se pudiera quitar el miedo a volar con pastillas?
Pues algo de eso hay. En realidad, existe toda una batería de remedios medicinales que pueden contribuir a aplacar la ansiedad que produce volar. Estos son los más habituales:
Flores de Bach. Este es un remedio homeopático que, si bien no tiene una eficacia probada, puede actuar a modo de placebo. Se engloba en los llamados “remedios de rescate” y se suele presentar en forma de gotas para administrar por vía oral.
Hierbas medicinales. Las infusiones de tila, valeriana, melisa o pasiflora, entre otras, se han empleado desde la antigüedad para calmar la ansiedad o favorecer el sueño. Pueden comprarse en farmacias, parafarmacias y herboristerías, donde también se pueden encontrar en complementos alimenticios en forma de cápsulas. Pueden tomarse desde 30 minutos hasta un par de horas antes del vuelo.
Tranquilizantes. El tratamiento de la ansiedad mediante ansiolíticos es eficaz, pero debe administrarlo personal sanitario cualificado. Tu médico de cabecera puede recetarte sedantes y pautarte la dosis más eficaz, explicarte los riesgos e inconvenientes, o bien indicarte otros tratamientos igualmente eficaces, como superar el miedo a volar a través de la hipnosis o la terapia conductual.
Somníferos. Pueden resultar un tanto excesivos, pero si funcionan hasta con M.A., el grandullón del equipo A, ¿por qué no? Por supuesto, deben tomarse con control médico y solo en el caso de que conciliar el sueño sea estrictamente necesario para controlar la ansiedad. Dicho esto, no tenemos nada en contra de dormir del tirón durante un vuelo largo y llegar en plena forma para acometer lo que sea que tengamos entre manos, desde unas intensas vacaciones hasta una importante reunión de negocios. En AirHelp también nos encanta que los planes salgan bien.
Por cierto, si no salen como habías planeado, es decir, si tu vuelo se retrasa o la aerolínea pierde tu equipaje, por ejemplo, aquí nos tienes para ayudarte a defender tus derechos. No tengas miedo a reclamar. Puedes contar con AirHelp para comprobar qué indemnizaciones te corresponden y hacer todos los trámites necesarios para solicitarlas. Buen viaje.
El 85 % de los pasajeros no conoce sus derechos. No seas uno de ellos.
Hablan de AirHelp: